Pues no queda otra, aquí nos hayamos, en pos de narrar al ávido lector nuevas aventuras en aquestos parajes del señor. Parto presto y veloz a lomos de mi fiel Rocinante. Es hora de recuperar el honor vilipendiado. Lo dicho, prepárense, que empezamos...
Un aviso para el lector: este blog es muy pretencioso. Absténganse pequeños burgueses y otros elementos reaccionarios.
4 comentarios:
¡Ostras!, ¿pequeñas burguesas NO?
Ni burgueses ni burguesas. Aquí sólo caben aquell@s que su honor quieran restaurar.
Mas... ¿qué veo allá a lo lejos mi fiel Sancho? ¿Son gigantes o molinos?
Permítame la licencia de, considerándome vos como pequeño burgués (que de sobra es sabido), os aliente en esta nueva andadura. Amigo mío, no seré yo quien me bata con vuestra merced en duelo, sino todo lo contrario, ya lo sabeis... Quizás parezca que tengamos, en ocasiones, opiniones enfrentadas... Mas si de algo no cabe duda es de que, en esta jaula de grillos que es nuestro mundo, hacen falta más caballeros revolucionarios de vuestra talla. Cuidaros.
¡Mas que ven mis ojos! Todo un honor su visita. Dios libre a esta infeliz alma de caer en duelo con semejante caballero, pues sólo el diablo podría hacerse cargo de mi pobre alma.
Oh, desdicha, tener enfrente mía a tan poderoso destino.
Ahora, los gigantes aparecen claros ante mi vista. No hay duda, me debo batir en duelo. ¿Será capaz este valeroso hidalgo manchego de enfrentar tan descomunal empresa?
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