«No ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias» este es el principio fundamental en el que se asienta la “Navaja de Occam” cuyo razonamiento termina en una conclusión bien sencilla: “en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta”.
Extraído de la Wikipedia os traigo un ejemplo bastante ilustrativo (y exagerado):
Para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:
1. Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.
2. La madurez propia de la fruta ha debilitado el rabito por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.
3. Una tormenta a su paso tiró la manzana.
Todas estas alternativas explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental, pero el criterio de Occam nos obliga a escoger la segunda como verdadera, ya que las demás nos obligarían a asumir una serie de postulados mucho más complicados.
¿Qué hubiera sido de mis tests durante los estudios si hubiera hecho caso de este principio fundamental? Lo cierto es que en ocasiones se nos plantean dilemas y situaciones que terminan por generarnos verdaderos dolores de cabeza. Quizás frente a situaciones donde las opciones son múltiples, deberíamos procurarnos una elección sencilla para procurar la corrección.
Extraído de la Wikipedia os traigo un ejemplo bastante ilustrativo (y exagerado):
Para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:
1. Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.
2. La madurez propia de la fruta ha debilitado el rabito por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.
3. Una tormenta a su paso tiró la manzana.
Todas estas alternativas explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental, pero el criterio de Occam nos obliga a escoger la segunda como verdadera, ya que las demás nos obligarían a asumir una serie de postulados mucho más complicados.
¿Qué hubiera sido de mis tests durante los estudios si hubiera hecho caso de este principio fundamental? Lo cierto es que en ocasiones se nos plantean dilemas y situaciones que terminan por generarnos verdaderos dolores de cabeza. Quizás frente a situaciones donde las opciones son múltiples, deberíamos procurarnos una elección sencilla para procurar la corrección.
1 comentario:
En fin no dudo de que sea la segunda posibilidad, pero si el tiempo atmosférico no acompaña, yo me inclinaría por la última, y si por allí ha estado nuestro querido compañero Paco, "el duende", entonces sería la primera opción, menudo expediente X, je, je.
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