Pues sí, parafraseando la frase del Gran Marx (Groucho quede apuntado), diría yo que esta primera semana como miembro activo de nuestra sociedad sólo puede calificarse como... agotadora. Al estress propio de conocer un sitio nuevo con nuevas personas, se añade el tener que adaptarse a un nuevo horario y un trabajo que para uno es casi por completo nuevo.
La teoría está bien, y es necesaria, pero cuando uno se convierte en hombre (hombrecillo) de acción... ¡equilicuá! Ahí está el problema. A esto se une el hecho de que a pesar de que en principio ibamos a ser tres coordinadores de ensayos finalmente, otra compañera ha decidido cambiar para mejor, y sólo seremos dos coordinadores, con lo cual mi periodo de adaptación cifrado entre tres y seis meses se ha visto reducido drásticamente "al menor e imprescindible tiempo". Yo de momento prefiero tomármelo con calma y paciencia, puesto que esta experiencia por nueva y diferente requiere de una adaptación, y el hecho de que no se destine más personal no es un problema que deba asumir como propio. Haré lo que pueda.
La verdad es que la organización del departamento ha sido un poco caótica durante toda esta semana, y no sólo por mi incorporación, o mejor dicho, desde luego no tenía como motivo principal mi incorporación. Una campaña para realizar una prueba a mujeres de manera gratuita para detectar la osteoporosis ha terminado por generarnos muchos quebraderos de cabeza. Los dos primeros días además de un protocolo de un ensayo clínico (primo hermano del libro gordo de Petete), tuve el honor de dedicar parte de mi jornada laboral a tomar cita a las señoras que deseaban realizarse la densitometría. No os tengo que explicar el motivo por el cual se está llevando a cabo esta campaña de densitometrías (= 300 euros) de manera gratuita.
El tercer día ya fue cuando me dieron la gran noticia: al irse la compañera (también farmacéutica), y no tener pensado contratar otro farmacéutico (qué honor más grande), debería asumir las funciones propias del farmacéutico (recepción y almacenamiento de las muestras de ensayo clínico) además de hacerme cargo del ensayo clínico que hasta ese momento apenas había visto en papel (el del libro gordo de Petete). La noticia ha supuesto que desde el miércoles apenas pueda respirar, pues la compañera farmacéutica se marcha la semana que viene y en cinco días debo de aprender lo que me dijeron tardaría tres meses. A pesar de que han buscado un tercer coordinador hasta ayer mismo (enfermera preferentemente), finalmente han contratado media jornada a un técnico de documentación científica que nos ayudará con la parte más de documentación, pero que claro está, también necesitará un periodo de adaptación. Vamos, un equipazo. A esto se le suma la próxima campaña de vacunación con la vacuna frente al Virus del Papiloma Humano (VPH), que seguro que también nos afectará en investigación aunque en principio no nos corresponda. Así son estas clínicas.
El ambiente laboral es estresante, hay muchas cosas que hacer. Se trata de "pequeñas cosas", pero son muchísimas. Hasta donde lleguemos... con tranquilidad.
viernes, 26 de octubre de 2007
No me fiaría de un club que me admitiera como socio...
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4 comentarios:
Hacer el trabajo de viente personas a destajo y cobrar lo que media. Esto me suena al más genuino mundo laboral español.
Jejeje... más o menos esa es la idea. Pero bueno, la suerte es que uno puede dedicarse a lo que quiere, y eso hoy día... bueno, qué os voy a contar...
... que me vas a decir ...
mira que ahora que he dejado
de ser delegado sindical,
te voy a hacer falta como tal,
je, je.
Un saludo Pepito Grillo de
tu amigo, alias "Expediente X".
Nada, aquí ni sindicatos ni nada, ¿la próxima? La toma de la Bastilla.
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