La verdad es que salir a dar una vuelta por Madrid en Diciembre puede provocar más de un susto... la ciudad está totalmente iluminada, y se respira un ambiente distinto... ¿o quizás no tanto? No sé si la contaminación lumínica sumada a la contaminación atmosférica que ya soportamos en la capital ayuda a crear esta atmósfera tan particular.
La realidad es que la Navidad poco cambia, salvo el espíritu de consumir a gusto, sin preocupaciones ni remordimientos, porque es una época en el que este mal endémico se convierte en mal de muchos.
Yo por mi parte, este año consumiré menos, o quizás más, según se mire, porque el Dr. Palacios ha tenido a bien obsequiarnos con una interesante cesta de navidad. El trabajo sigue discurriendo por derroteros similares, a medida que voy haciéndome con nuevas tareas, la presión aumenta, apenas puedo parar a comer. Y luego, bajo este ambiente, tan viciado como el de la ciudad de Madrid, uno siempre se encuentra a la buena mujer (también conocida como "mujer especial"), que con su simpar amabilidad y buen corazón, te llama y cuando oye tu voz, esperando oir la del Doctor, te suelta: "Bah, si eres tú... el farmacéutico...". Pues sí señora, yo soy el farmacéutico, y usted tiene por cabeza unas maracas como las de Machín. Y es que entre tanta variedad, siempre nos encontramos con pacientes a las que no les falta un tornillo, no, sino la ferretería completa.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Diciembre, mes distinto... o no tanto...
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1 comentario:
Pues ya tienes suerte, con tener cesta de navidad, no todos lo tienen. Yo no me quejo todos los años me cae una, eso sí cada vez más pequeña la cesta, y más grande la multinacional, que cosas, verdad, Pepito Grillo. Por cierto encontrastes el juego de tornillos para la paciente, iba a decirte doctor, pero no sigues siendo farmaceútico, verdad.
Saludos apañero.
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