Así, sin más aquí os traigo uno de esos audios que han pasado a la historia de este nuestro país:
¡A LA MIERDA!
¡A LA MIERDA!
"Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla."
En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...
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