Y recordad, si el día 25 de madrugada véis a un gordo barrigón vestido de rojo... ¡que no sea éste!:

"Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla."
... o de como salir de un aprieto, sin considerar disculparte y reconocer tu error.
Creo que es un título sugerente para esta entrada. Lo cierto es que cada vez se me hacen más largas las tardes en el Instituto Palacios. No porque me aburra, sino en el sentido de resultar realmente agotadoras. La falta de glucosa en las neuronas termina por provocar "lapsus" que cualquier día me meterán en un problema.
Y miren que es sencillo pedir disculpas y reconocer el error, pero... ¿para qué? ¡Viva la imaginación! Esto me pasó ayer. Una tarde agotadora, ya estaba rendido, pero claro, hay que dar el "callo" o al menos parecerlo. Pues ayer la pillé con una de nuestras pacientes, una pobre señora de avanzada edad, que debió terminar de mí hasta los "pendientes reales". Yo no sé si fue esto, o que al final terminó por pasar una tarde de escándalo con las llamadas del que esto suscribe.
A las 17:00 horas comenzó su calvario. Veo la agenda, y observó que esta buena señora tiene cita el lunes para venir al Instituto. No la recuerdo, no recuerdo haber hablado con ella. Decido llamarla. Primer error. Un tono... dos tonos... una agradable voz me coge el teléfono al otro lado, dulce como ella sola rápidamente responde a su nombre, y me pregunta por quién la llama. Me presento, y le digo que la anterior responsable del estudio se ha marchado y que yo soy el nuevo responsable. Craso error... "Muy bien, muchas gracias, pero el otro día otro muchacho ya me llamó para decírmelo, y ya sé que tengo cita el lunes". ¡Ups! "Este... claro, era sólo por confirmar que mi compañero le había contactado". Así termina la conversación, despidiéndonos hasta el lunes. Por supuesto, no hay otro compañero, sino que fui yo quien la debí de llamar en una de los cientos de llamadas que realizo en una semana.
Pero aquí no termina la historia de amor-odio que en la tarde de ayer establecí con esta amabísima anciana madrileña a la que le debí joder su telenovela favorita, o su programa de televisión. Media hora después, tras hace otras cosas, me encuentro de nuevo sentado en mi escritorio. Delante mía tengo la historia, el informe y el kit de analítica para una paciente que viene el lunes, y que tengo que preparar antes. "Coño... si tenemos aquí una nota de que se hizo una analítica y nos iba a traer el informe... Pues aprovecho y ya le recuerdo la cita para el lunes". Segundo error. Segundo craso error. "Buenas tardes, le llamo del Instituto Palacios, se puede poner *********** ********". "Sí soy yo..." En esto que oigo la melódica voz de la señora, y caigo en el error... ¡¡¡De nuevo al habla con esta mujer que debía pensar ya que además de su artrosis de rodilla, era conveniente que la trataran del Alzheimer porque ella juraba que acababa de hablar antes con otro muchacho del Instituto Palacios!!! "Sí, no hay problema, es que me ha pasado una nota este muchacho para que le recuerde que por favor nos traiga el informe de su analítica para que lo vea el Doctor". Hasta aquí la segunda llamada, pero la tarde aún daba de sí, apenas estábamos en las 17:30 horas, y todavía había tiempo para trabajar duro para levantar este gran país.
Casi una hora después. Caigo en la cuenta de que tengo que llamar urgentemente a una de mis señoras porque nos tiene que devolver la medicación. Sin embargo en estos momentos mi cerebro ya no rige, las ideas no fluyen, ya sólo funciona la rutina, no me paro a pensar lo que voy a hacer, y marco el primer teléfono que veo en la pantalla de mi ordenador junto con la ficha de una señora que yo pensaba que era la que tenía que llamar... ¿Saben ya quien contestó? Antes de oir su voz, pero ya sin tiempo para colgar mi cerebro me avisa: "So inutil, ¡despierta!" Efectivamente, la tercera llamada de la tarde había tardado una hora y media desde la primera, pero ya había llegado. La escena era para verla... yo rojo como un tomate, ya no sabía si invitarla a cenar a la mujer o rogarle que me disculpara, y como la necesidad y el hambre aprietan por igual, y yo a estas horas ya tenía más hambre que el perro de Stevie Wonder, me puse manos a la obra, con la ayuda de mi cerebro, que entristecido por la situación en que su dejadez me había dejado, se veía ahora en la imperiosa necesidad de echarme una mano. Y en apenas unos segundos, justo cuando la señora al otro lado comenzaba a desesperarse esperando una respuesta que no llegaba... "Buenas tardes, le llamo de Telefónica, mi nombre es Juan Manuel Martínez, y deseo ofrecerle lo último en teléfonos para su hogar..."
Imagínense la escena por favor. Lo dantesco de la escena, con mi cara roja como un tomate, y mi cerebro que me traicionaba con un engaño que por poco estuvo en meterme en otro problema... la mujer dijo que no estaba interesada, pero... ¿y si hubiera aceptado la oferta?
Ya tuvieron comidilla ayer las compañeras del Instituto Palacios, con el relato de esta entrañable historia entre un muchacho estenuado y una mujer anciana que comenzó a sospecha que el muchacho quería hacerla revivir viejas épocas de lujuria y pasión. Esta es sólo la historia de una tarde más de Otoño-Invierno dentro del Instituto Palacios.
Estos tres pobres venerables ancianos llevan dos mil años con su PYME, atendiendo únicamente al mercado español y sin intención de expandirse y están sufriendo una agresión que amenaza con destruirlos.
Reivindicamos la figura de los Reyes Magos porque:
1. Los Reyes Magos son un símbolo de la multirracialidad y nunca han tenido problemas de inmigración.
2. Los Reyes Magos son fashion total, su elegancia en el vestir no ha pasado de moda en dos milenios.
3. Si no existiesen los Reyes Magos, las vacaciones se acabarían el 2 de Enero.
4. Los Reyes Magos son ecológicos , utilizan vehículos de tracción animal que con su estiércol contribuyen a fertilizar el suelo patrio (nada de trineos volando ni gilipolleces que no existen; camellos, que todos conocemos alguno...)
5. Los Reyes Magos generan un montón de puestos de trabajo entre pajecillos, carteros reales y multitud de gente que va en la cabalgata.
6. De Papá Noel puede hacer cualquier pelagatos, pero para hacer de Reyes Magos se necesitan al menos tres.
7. Los Reyes Magos fomentan la industria del calzado y enseñan a los niños que las botas se deben limpiar al menos una vez al año. Por contra, el gordinflas exige que se deje un calcetín, prenda proclive a servir de acomodo de la mugre y la pestilencia, cuando no de indecorosos 'tomates'.
8. Los Reyes Magos planifican concienzudamente su trabajo y se retiran discretamente cuando acaban la función.
9. Santa Claus vive en el Polo norte y por eso es un amargado, los Magos son de Oriente, cuna de la civilización y por ello de una elegancia no decadente.
10. Los Reyes Magos tuvieron un papel destacado en la Navidad, Santa Claus es un trepa que trata de aprovecharse del negocio y que no participó en nada en los acontecimientos de la Navidad.
11. Los Reyes Magos son de los poquísimos usuarios que mantienen en pie la minería del carbón en Asturias. No lo han cambiado por gas natural ni por bombillitas horteras.
12. Los Reyes Magos lo saben todo. Santa Claus no sabe otra cosa que agitar estúpidamente una campanita y decir "jou, jou, jooouu!", ¡Vaya conversación!
13.Santa Claus es un zoquete que no respeta los derechos y sentimientos de los renos de nariz colorada. No hay documentado ningún caso de maltrato físico o psicológico por parte de los Reyes Magos hacia sus camellos.
14.Los Reyes Magos son agradecidos, siempre se zampan las golosinas que les dejamos en el plato.
15.Sin los Reyes Magos no se habría inventado el Roscón de Reyes. 16.Finalmente, Santa Claus se pasa la vida diciendo '¡Jo, jo, jo!'. Risa forzada y sin sentido. Señal de estupidez.Empecemos la campaña de
SOLIDARIDAD CON NUESTROS QUERIDÍSIMOS Y ANTIQUÍSIMOS REYES MAGOS ,
Que vuelvan a aflorar las tradiciones con arraigo centenario... Todos los años por estas fechas sufrimos una agresión globalizador a en forma de tipo gordinflón, una manipulación de las mentes de los niños de España y del resto del universo. Ese adefesio carente del más mínimo sentido de la elegancia en el vestir, con aspecto de dipsómano avejentado y multirreincidente en el allanamiento de morada por el método del escalo, es un invento de la multinacional más multinacional de todas las multinacionales, Coca-Cola. En los años 30, cogieron al San Nicolás de la tradición nórdica, que originalmente se paseaba vestido de obispo (o de duende un tanto zarrapastroso) y le enfundaron un atuendo con los colores corporativos (rojo y blanco). Desde entonces, generaciones de tiernos infantes de medio mundo han sido machacadas por la publicidad, alienándose hasta tal punto que piensan que un mamarracho publicitario representa todo lo bueno del ser humano. ¡Basta ya!, ¡reivindiquemos nuestras señas de identidad! ¡Abajo Santa Claus y vivan los Reyes Magos!
La verdad es que salir a dar una vuelta por Madrid en Diciembre puede provocar más de un susto... la ciudad está totalmente iluminada, y se respira un ambiente distinto... ¿o quizás no tanto? No sé si la contaminación lumínica sumada a la contaminación atmosférica que ya soportamos en la capital ayuda a crear esta atmósfera tan particular.
La realidad es que la Navidad poco cambia, salvo el espíritu de consumir a gusto, sin preocupaciones ni remordimientos, porque es una época en el que este mal endémico se convierte en mal de muchos.
Yo por mi parte, este año consumiré menos, o quizás más, según se mire, porque el Dr. Palacios ha tenido a bien obsequiarnos con una interesante cesta de navidad. El trabajo sigue discurriendo por derroteros similares, a medida que voy haciéndome con nuevas tareas, la presión aumenta, apenas puedo parar a comer. Y luego, bajo este ambiente, tan viciado como el de la ciudad de Madrid, uno siempre se encuentra a la buena mujer (también conocida como "mujer especial"), que con su simpar amabilidad y buen corazón, te llama y cuando oye tu voz, esperando oir la del Doctor, te suelta: "Bah, si eres tú... el farmacéutico...". Pues sí señora, yo soy el farmacéutico, y usted tiene por cabeza unas maracas como las de Machín. Y es que entre tanta variedad, siempre nos encontramos con pacientes a las que no les falta un tornillo, no, sino la ferretería completa.
No sabía muy bien cómo escribir esta entrada… mejor dicho, no sabía si debía escribirla. Más bien dudaba si era apropiada. No quería que resultara presuntuosa ni vanidosa, pero finalmente me he decidido… No me extenderé en mayores disculpas. Lo cierto es que simplemente es una manera de compartir con vosotros y vosotras que seguís este rinconcito virtual un hecho que como bien dice el título de mi entrada me llena de orgullo y satisfacción. Me llena de estos sentimientos no por el hecho en sí, sino porque supone un reconocimiento.
Hoy he recibido una carta de la Universidad de Alcalá de Henares donde me informa que el próximo día 14 de Diciembre, fecha de la patrona de tod@s l@s farmacéutic@s me harán entrega del Premio Extraordinario de Farmacia en mi promoción. Ya digo no es en sí el hecho (que lucirá en mi expediente y mi currículo vital), sino el reconocimiento al trabajo bien hecho, y… ¡caramba! Me llega en un momento donde más que nunca necesito de algún acicate para tirar para delante, porque… ¡ay amigos y amigas! ¡qué diferente es el mundo laboral al de estudiante! Pues sólo esto, compartirlo con tod@s ustedes, las personas más cercanas que me siguen de manera habitual en este blog, y que de una u otra manera han sido apoyo en estos últimos años. Con vosotros y vosotras también estoy en deuda.
Este artículo de Santiago Alba Rico, aparecido en "Público" en respuesta a una columna de opinión de Leire Pajín (alto cargo socialista en el Gobierno), me ha parecido brillantísimo, lleno de lucidez, y como últimamente esto parece escasear, me permito el lujo de rogarles cinco minutos de su valioso tiempo para que lo dediquen a leer. Aquí lo tienen:
Me parece coherente que el PSOE y el PP se disputen la bandera española y la defensa de la monarquía y que se entreguen al potlach electoralista de rivalizar sobre quién de los dos debilita más la democracia en favor de la unidad de España. Pero por eso mismo me extraña verme en la tesitura de tener que disputar a un miembro relevante de la ejecutiva del PSOE el patrimonio político y moral del mítico programa de TVE “La Bola de Cristal”, del que fui guionista entre 1984 y 1988. El disgusto que me ha producido la lectura del artículo de Leire Pajín Iraola (Público, 30 de octubre) sólo puede compararse al que ella sentiría si, despabilada la memoria, fuese capaz de recordar el legado del que con tanta ligereza se reclama heredera: por debajo de la música de Alaska y Radio Futura, escucharía cosas que le pondrían los “baudios” de punta y le harían “rebobinarse” de terror, por evocar precisamente el lenguaje de los Electroduendes. Aunque tanto la directora del programa (Lolo Rico) como sus otros guionistas (Carlo Frabetti, Carlos Fernández Liria e Isabel Alba) comparten sin duda mi desazón por el malentendido de Leire Pajín, me ceñiré a la voz de la bruja Avería y sus compinches eléctricos, porque es la mía y porque está recogida y puede ser consultada en dos volúmenes de título muy significativo, “¡Viva el mal! ¡Viva el capital!” y “¡Viva la CIA! ¡Viva la economía!”, a los que la dirigente socialista puede acudir para comprobar que no me inspiraba precisamente en el programa de su partido.
En La Bola de Cristal -recordaré a Leire Pajín- se hacían campañas a favor de la lectura y de la amistad, pero por eso mismo también contra los bancos, cuya potencia destructiva se encarnaba en la famosa Caja de Ahogos y Tensiones: “antes se nos llamaba usureros y ahora banqueros, pero seguimos quedándonos con su dinero”. La Bola de Cristal invitaba a la solidaridad y a la rebeldía, pero por eso mismo enderezaba su humor brechtiano contra la alienación laboral y la codicia empresarial, representada esta última en un personaje de la serie, Amperio Felón, cuya “electrocutante” biografía ilustraba de manera pedagógica y divertida el proceso de “acumulación originaria” descrito por Marx en El Capital (“la empresa que da plusvalor no es facha ni roja ni tiene color”, cantaba en algún momento un coro de proletarios enajenados). La Bola de Cristal clamaba por un mundo nuevo tras 40 años de franquismo, pero por eso mismo no dejó nunca de satirizar las políticas del PSOE. La jocunda bruja Avería, cruce fantástico de Santiago Carrillo y José María Cuevas, “fundió” y “gripó” con su rayo a toda clase de inocentes bajo las figuras más variadas (militar, mafiosa, funcionaria, reina, incluso Dios), pero fue la mayor parte del tiempo la presidenta de la República Electrovoltaica de Tetrodia, de cuyo gobierno formaban parte Narciso Radar, ministro de Misiles y Humanismo, e Invatios Barriobaudios, ministro de Expiación y Vergüenza Ajena. Todos recordarán el pseudónimo que usaban Radar y Barriobaudios cuando formaban parte de la realidad y del gobierno de Felipe González.
Puede decirse quizás que La Bola de Cristal era incompatible con la componenda, el equilibrismo, el eufemismo, la corrección política y la ambigüedad, pero por eso mismo nadie podrá decir que era compatible con el PSOE. Puede incluso decirse que era un panfleto y que adoctrinaba en el odio de clases, pero por eso mismo nadie podrá decir que era el camino más rápido y seguro hacia las Juventudes Socialistas. Casi todo en el mitificado y olvidado programa de TV estaba orientado a denunciar a ese PSOE que había recibido y malversado el mayor capital político de izquierdas de la postguerra europea; el PSOE monárquico que seguía acariciando a la Iglesia; el PSOE de la OTAN que mantuvo las bases estadounidenses; el PSOE de la reconversión industrial y la reforma laboral; el PSOE que estableció relaciones con Israel y traicionó al pueblo saharaui; el PSOE de la escuela concertada y la desmovilización juvenil; el PSOE de las privatizaciones y la corrupción; el PSOE que destruyó la televisión pública; el PSOE de la Ley de Extranjería y la rendición sindical; el PSOE que dejó expedito el camino a la derecha más radical, ultramontana y reaccionaria desde la guerra civil. El PSOE, en fin, que promovió y aplaudió la guerra sucia y el terrorismo de Estado. Dos de los guionistas de La Bola de Cristal, recordaré también, nos sumamos en mayo de 1988, junto a otros 102 ciudadanos decentes, a la acción popular contra el GAL que permitió procesar y condenar a José Barrionuevo y Rafael Vera, altísimos funcionarios del gobierno de Felipe González, el cual -se entenderá- tiene tanto que ver con La Bola de Cristal como la casa Coca-Cola con el precepto evangélico de dar de beber al sediento.
Se dirá que sólo bajo el gobierno del PSOE fue posible hacer un programa así, pero digo también que sólo bajo el gobierno del PSOE se suspendió su emisión. No por casualidad fue en 1988, el mismo año de la Ley de Televisión Privada. El hecho de que se haya idealizado un espacio televisivo imaginativo y valiente, pero en cualquier caso bastante chapucero, demuestra básicamente que lo que vino después fue mucho peor. El que debía ser el primer programa de una nueva estirpe se convirtió en su último descendiente y esto también es responsabilidad del PSOE, que obró el milagro de llevarnos aceleradamente a los españoles, sin etapas intermedias, de un Renacimiento malogrado a una Edad Media de colores. Pero hay, sí, una generación de La Bola de Cristal como hay una generación del GAL y una generación de las Azores. Sus miembros están tan lejos del PP como del PSOE y me siento muy orgulloso de reconocer en su voz la de esos mismos Electroduendes que me hablaron a mí tantos años antes: son locos solidarios con Palestina y Venezuela, chiflados activistas antiglobalización, extremistas militantes ecologistas, zarrapastrosos okupas, agresivos pacifistas, infantiles anti-imperialistas, lunáticos marxistas. Sinceramente, no creo que Leire Pajín, gran defensora de la “modernidad” de España, se sintiera cómoda en su compañía.
Espero que disfrutéis con este simpático video donde nos aventuran las "tomas falsas" de los inicios de la televisión. Disfrutadlo.
Cosas de la tele
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Reconozco que últimamente me queda muy poco tiempo para cuidar de este pequeño rinconcito virtual, que a como está el precio de la vivienda física, vete a saber si no terminamos mudándonos aquí... La cuestión es que el trabajo ha terminado de "absorberme", tiempo y espíritu. Ha sido mi primera semana como "pajarillo libre", cuando me pronosticaron entre uno y tres meses de formación. Llevo una semana descansando fatal, no doy abasto, y el trabajo se me acumula. El estudio del que soy responsable sigue incluyendo pacientes, y los que ya estaban hay que estar atentos para que no se pasen los plazos para las visitas. Estoy estresado. El estres laboral ha llegado a mi vida.
Para poneros una anécdota, como único farmacéutico del Instituto, soy responsable del control de temperaturas. Esto supone que tengo que llevar un registro diario de las temperaturas de la Farmacia y la nevera del centro. La Farmacia tiene un termómetro digital bastante simple y sencillo, que ya te indica máxima y mínima de las últimas 24 horas. No hay problema. El termómetro de la nevera es otra cosa... De esto nadie me avisó hasta este pasado miércoles, fecha en la que comenzó mis nuevas tareas (una más por pequeña que sea), y todo transcurre bien hasta que llego a la nevera, y me dispongo a hacer funcionar ese tortuoso aparato que tenemos por termómetro, y que únicamente tiene una tecla sobre la que en un perfecto inglés se puede leer "Go". "Pues nada" pensé yo... "Go!". Numeritos por allí, puntitos y figuritas por allá... era increíble que en una pantalla tan diminuta pudieran caber tantas cosas... Ante mí un universo de letras y símbolos se abría. ¡Qué estress! Al principio tenía su gracia... "En algún momento parará y me dará la temperatura"... ¡Oh iluso de mí! Pasado un tiempo prudencial, lo que se tarda uno en alzarse las manos a la cabeza y comenzar a tirarse de los pelos, entendí que aquello tenía mala pinta... La desesperación se hizo presa de mí, era el momento de buscar nuevas opciones... En un espacio sin ventanas por las que saltar, sólo quedaba la única idea que una persona en estado de lo que los médicos denominan "el pa' qué las prisas", se le podía ocurrir. "Si no tiene más botones el dichoso aparato, igual con dos "goes" para". ¡Oh craso error fruto de la desesperación! Ahí estaba de nuevo, con un termómetro que parecía el Santo Grial ofreciéndome la solución a los grandes misterios de la humanidad... Fue en ese momento en el que decidí, oh dolor de mi corazón, solicitar la ayuda que quizás me salvara el pescuezo, y es que uno piensa que si ha estudiado cinco años quizás pueda saber manejar un termómetro, pero no... Ahí estaba yo presa del pánico delante de una compañera doctora intentándole explicar la situación, justo cuando el termómetro después de cinco largos minutos se paraba en una cifra: 23,8º... Oh my God! "Será la temperatura ambiente"... pues no, porque arriba marcaba... "Máxima" Oh... No puedo describiros la cara de pavor, terror, desesperación que en el personal del Departamento produjo esta terrorífica visión. La nevera debía mantenerse entre los 2 y los 8º, y había superado con creces esas temperaturas. Hasta el personal de limpieza del centro estaba preparando el "petate" para salir corriendo. En la nevera la joya de la corona (GARDALIS) podía haber quedado inutilizado. ¿Cuánto dinero perdido? Vamos, que yo ya estaba preparándome para echar entrevistas, cuando se nos ocurrió la brillante idea de solicitar ayuda a la antigua farmacéutica del centro.
Sí, tal y como lo leen después de media hora de sufrimiento, este equipo formado por doctoras, enfermeras y un farmacéutico se encontraba ante la tesitura de que un termómetro igual era mucho para ellas. Tampoco nos ayudó mucho la llamada a la antigua farmacéutica, pero nos puso sobre la pista del complejo sistema de funcionamiento del aparatito: disponía de una conexión vía infrarrojos para descargar todos los datos al ordenador. ¡Cómo avanza hoy día la tecnología! Pero esta fue otra misión, hacer funcionar el infrarrojos. "No funciona, seguro que no está conectado", esta es la valiente conclusión de los que no tienen idea (Caso nuestro). Finalmente, se descagaron los datos, y la pantalla comenzó a "vomitar" datos que procedían del origen de los tiempos. Aunque la Directora del Departamento no comprendía lo que allí sucedía, no nos hizo falta al resto mucho más para darnos cuenta de que aquel termómetro no se había descargado desde tiempos inmemoriales. Vamos, que hasta ese momento el frigorífico había tenido poco o un nulo control.
A pesar de todo paciencia, la cifra de 23,8º era la máxima histórica que se había producido el primer día tras encender el termómetro. Y por supuesto, la próxima vez que nos enfrentemos a un termómetro llamaremos a los mejores catedráticos para que nos echen una mano.
Creo que ahora comprenderán que después de esta semana me encuentre como si hubiera trabajado durante todo un mes. ¡Que me paguen la nómina ya!
El vagón de metro se retuerce en la oscuridad del tunel. Es tarde, estoy cansado, vuelvo a casa. No hay separación entre los vagones. Estoy de pie, hay sitio de sobra, poca gente en el vagón. Oteo mi alrededor. No puedo creerlo, me paro en una muchacha joven. Está sentada en el vagón de al lado, su mirada se cruza con la mía, estamos relativamente lejos, pero un estremecimiento recorre mi cuerpo. Te veo, estas allí, pero qué haces allí. Me quedo mirándote. Tienes que ser tú. El pelo corto, moreno, precioso, como a mí me gusta, con ese corte tan característico y único. Es imposible, no puede ser, pero estas ahí, pareces relajada, tranquila, quizás algo cansada.
El metro continua su zig-zag incesante. Pasan las estaciones, ya quedan menos para llegar a mi destino, y sigo paralizado. Tienes un jersey oscuro que te sienta muy bien, eres tú. Ese jersey es tuyo. Esa mirada... Tienes que ser tú. No puedo apreciar tu altura sentada, pero no parece exagarada, tienes que ser tú, no tengo dudas. Me fijo en tu cara, tus labios, tu mirada cansada pero vital. No lo puedo creer, cómo has podido llegar ahí, y como soy incapaz de reaccionar y llegar hasta tí si te tengo ahí, tan cerca. Pareces en paz, serena y tranquila. Giras la cabeza, tu pelo se mueve acompasado, en un ritmo muy característico que a mí me encanta. Ahora vuelves a mirarme, sonríes...
Se acabó.
Suena el megáfono del metro. El tren ha llegado a su destino, y yo abro los ojos, aún con una sonrisa que cubre todo mi rostro. Entiendo. Un sueño dulce cariño, tan sólo eso, te echo de menos.
Pues sí, parafraseando la frase del Gran Marx (Groucho quede apuntado), diría yo que esta primera semana como miembro activo de nuestra sociedad sólo puede calificarse como... agotadora. Al estress propio de conocer un sitio nuevo con nuevas personas, se añade el tener que adaptarse a un nuevo horario y un trabajo que para uno es casi por completo nuevo.
La teoría está bien, y es necesaria, pero cuando uno se convierte en hombre (hombrecillo) de acción... ¡equilicuá! Ahí está el problema. A esto se une el hecho de que a pesar de que en principio ibamos a ser tres coordinadores de ensayos finalmente, otra compañera ha decidido cambiar para mejor, y sólo seremos dos coordinadores, con lo cual mi periodo de adaptación cifrado entre tres y seis meses se ha visto reducido drásticamente "al menor e imprescindible tiempo". Yo de momento prefiero tomármelo con calma y paciencia, puesto que esta experiencia por nueva y diferente requiere de una adaptación, y el hecho de que no se destine más personal no es un problema que deba asumir como propio. Haré lo que pueda.
La verdad es que la organización del departamento ha sido un poco caótica durante toda esta semana, y no sólo por mi incorporación, o mejor dicho, desde luego no tenía como motivo principal mi incorporación. Una campaña para realizar una prueba a mujeres de manera gratuita para detectar la osteoporosis ha terminado por generarnos muchos quebraderos de cabeza. Los dos primeros días además de un protocolo de un ensayo clínico (primo hermano del libro gordo de Petete), tuve el honor de dedicar parte de mi jornada laboral a tomar cita a las señoras que deseaban realizarse la densitometría. No os tengo que explicar el motivo por el cual se está llevando a cabo esta campaña de densitometrías (= 300 euros) de manera gratuita.
El tercer día ya fue cuando me dieron la gran noticia: al irse la compañera (también farmacéutica), y no tener pensado contratar otro farmacéutico (qué honor más grande), debería asumir las funciones propias del farmacéutico (recepción y almacenamiento de las muestras de ensayo clínico) además de hacerme cargo del ensayo clínico que hasta ese momento apenas había visto en papel (el del libro gordo de Petete). La noticia ha supuesto que desde el miércoles apenas pueda respirar, pues la compañera farmacéutica se marcha la semana que viene y en cinco días debo de aprender lo que me dijeron tardaría tres meses. A pesar de que han buscado un tercer coordinador hasta ayer mismo (enfermera preferentemente), finalmente han contratado media jornada a un técnico de documentación científica que nos ayudará con la parte más de documentación, pero que claro está, también necesitará un periodo de adaptación. Vamos, un equipazo. A esto se le suma la próxima campaña de vacunación con la vacuna frente al Virus del Papiloma Humano (VPH), que seguro que también nos afectará en investigación aunque en principio no nos corresponda. Así son estas clínicas.
El ambiente laboral es estresante, hay muchas cosas que hacer. Se trata de "pequeñas cosas", pero son muchísimas. Hasta donde lleguemos... con tranquilidad.
Mañana nueva oportunidad, otra vez se repite el ciclo, esta vez con una entrevista en una clínica en Madrid. Nuevamente a ir a un sitio que uno no conoce, con personas que uno no conoce, y a que le traten como un “bicho raro”, sin saber muy bien cómo enfrentarse a esta situación. En el lado positivo, esta vez poco tiempo para pensar, y nuevamente a mentalizarse para intentar hacerlo bien y “parecer” ilusionado por el puesto de trabajo. ¿Será ésta la buena?
No sabía muy bien cómo titular esta entrada, pero no se me ha ocurrido otra forma que ésta, que quizás a más de un@ le pueda sonar drástico, pero son ya dos meses y medio de búsqueda infructuosa, y la moral está por los suelos.
También les ruego que me entiendan pues escribo la entrada en caliente, cuando apenas hace quince minutos me acaban de comunicar que a pesar de que mis tests (sí, aquellos que me tuvieron cuatro horas metido en un cubículo de proporciones reducidas, vamos... lo que hoy se ha dado en llama "solución habitacional") estaban bien, no había pasado la entrevista final, y no había sido por tanto el elegido para el puesto. Vamos, que lo de siempre, otra semana con el corazón en vilo, para finalmente tener la respuesta a la que desgraciadamente me estoy terminando por acostumbrar. Y no me digan ahora que me embarga un sentimiento trágico, pues después de dos meses y medio, yo diría que simplemente he aterrizado en la realidad. No son cuatro las entrevistas que he hecho, sino cerca de la decena, y tampoco son cuatro las ofertas de trabajo que he solicitado, sino más de medio centenar.
No es que este puesto que esperaba fuera el de mi vida, ni para lo que había estudiado tanto tiempo, pero... tenía ciertas esperanzas estando en la final junto con otros dos candidat@s. Ya ven sin embargo, que esta vez tampoco podrá ser.
Y uno termina por plantearse hasta qué punto vale todo lo que no se ha esforzado y lo que ha estudiado en los últimos años, cuando una vez tras otra y de manera sistemática le dan a uno con la puerta en las narices. Comentaba el otro día, que el chip es diferente, buscar trabajo supone enfrentarse a una realidad diferente a la del ámbito universitario. Uno tiene enfrente a una persona que no le va a dar ninguna explicación del porqué de su elección, lo que añade impotencia al sentimiento de sentirse rechazado, que jamás resulta agradable. Evidentemente, en mi caso particular, cualquier penuria actual es compensada por el hecho de que uno ha disfrutado de este último lustro conociendo y aprendiendo, que es una sensación única, que deberían prescribir los médicos de la misma manera que prescriben aspirinas, pero la desesperación es un sentimiento que te permite cuestionar todo lo que has hecho, haces y lo que podrías hacer en un futuro.
¿Qué que voy a hacer ahora? Pues lo de siempre. Recomponerme en la medida que me sea posible, y volver a iniciar el proceso (tampoco piensen que estos días se detuvo del todo, pues algo oferta fue atendida por mi parte por si "sonaba la flauta"). Resulta muy descorazonador penar que una vez más se repite un proceso que me sumerge en un mar de dudas y tensión. Nuevamente, buscar ofertas, enviar curriculums y esperar. Y en esa espera, mucho tiempo para pensar y darle vueltas a la cabeza. Y luego, con suerte una llamada que hace ilusionarte, pensar que esta puede ser la buena, que quizás esta sea la tuya. Los nervios típicos de las entrevistas, del ir a un sitio que no conoces, para ver a gente que no conoces y para que te hagan una entrevista, que dada mi experiencia, puede variar totalmente según la persona y empresa que te la haga. Y en este ambiente, la frase: "Ya te llamaremos". Dichosa frase, dichoso sistema. A esperar la bendita llamada que te saque de tu hartazgo, de tus pensamientos, ¿y mientras qué? Pues ilusión, nervios, dudas, ansiedad,... Y así se repite el ciclo una y otra vez, así hasta diez veces en los últimos 75 días. ¿Duro? No, real.
¿La campaña de la conocida multinacional de capital sueco habrá tenido algo que ver en el cada vez más desatado debate sobre el modelo de Estado? La figura del Rey jamás ha estado tan cuestionada en los últimos 30 años, desgraciadamente da la impresión que no habrá un debate sosegado sobre este asunto, sino de grandes palabras y afirmaciones, escaso en el contenido y donde primarán más los titulares y los exabruptos que el debate y la presentación de las diferentes posturas.
Sin lugar a dudas es un debate pendiente. La forma de estado fue asumida en su momento como un punto ineludible de lo que algunos llamaron la transición española. Quizás ahora no pueda darse aún un debate, porque la democracia no está aún lo suficiente madura como para que se pueda cuestionar y someter a debate y votación el modelo de estado que el conjunto de los españoles y españolas prefieren. Y de aquí podría derivarse otro debate sobre la necesidad de avanzar hacia un modelo más democrático, diría incluso, radicalmente democrático en el sentido de confiar realmente en la capacidad de decisión de las personas.
No se trata de un debate baladí como algún interesad@ intenta aparentar. Si el debate es interesante o no, no lo tiene que decidir ningún tertuliano televisivo. Es un debate pendiente, un punto esencial (el modelo de Estado, es decir, quien es nuestro “máximo jefaz@”), que en su momento (quizás por las circunstancias históricas se pueda encontrar justificación a este hecho insólito) se decidió en una camarilla. Ahora, o mañana, o pasado, este debate deberá asumirse como parte natural y esencial de nuestra democracia, si no, quizás deberemos empezar a cuestionar la raíz democrática de nuestro sistema.
Quizás no pueda ser ahora, pero tarde o temprano…
Probablemente los fondos marinos depararán gratas sorpresas en lo que a investigación clínica se refiere. Una empresa española, PHARMAMAR, ha sido noticia esta semana por la comercialización del primer anticancerígeno de origen marino, el Yondelis (trabectedina, ET-743). Obtenido originalmente del tunicado marino Ecteinascidia turbinata y que en la actualidad se produce en escala industrial, a nivel sintético. Las expectativas que abre este fármaco son enormes, y ya se investigas su posible utilización en multitud de canceres, teniendo muy avanzados estudios en cancer de ovario y mama, y estando ya aprobado para su utilización en sarcamo de los tejidos blandos.
PHARMAMAR posee una de las mayores quimiotecas marinas del mundo, es decir, dispone de una gran colección de compuestos químicos obtenidos de la flora y la fauna marina. Por cierto, si alguien quiere dedicar unos “ahorrillos” a “jugar” en la Bolsa, que no dude en apostar por esta prometedora empresa.
Extrañas sensaciones se me agolpan en el pecho últimamente cada vez que oigo el teléfono móvil sonar. El corazón se desboca pareciendo querer salirme por la boca, una taquicardia continuada se continua con un incremento importante de la presión arterial, las venas del cuello se marcan, sudor frío y enrojecimiento de la cara… ¿Estaré enamorado? No, estoy buscando trabajo.
Pues en estas me encontraba hace un rato, cuando me han vuelto a llamar. Y ahora viene la encrucijada. Llevo una semana sin tentar a la suerte, que todo sea que lleve dos meses buscando trabajo, y ahora que tengo pendiente “el de la entrevista agotadora”, me surjan otros dos, y chic@, yo que sé, llamadme romántico pero después de 3 horas aguantando tests y entrevistas, no sé que deciros, me hacía ilusión optar al otro puesto… Pues bueno, ¡oh pobre pecador de mí! Las hadas se han conjurado para hacerme la vida imposible, una llamada me avisa de que mañana tengo otra entrevista, que aunque seguramente en peores condiciones laborales, me permitiría trabajar “a este lado del Ardoz”. Y según me dijeron en la anterior entrevista, mañana me informarían de la fecha y hora de la siguiente entrevista (la finalísima…)… Antes que quería no me llamaba nadie, y ahora que no quiero, se acuerdan tod@s de mí… Pobre de mí…
Un cortometraje de Guillermo Ríos sobre los colores de una mujer africana, una mujer que no vive tan lejos como pensamos...
Estos días la Agencia Española para la Cooperación Internacional (AECI)ha puesto en marcha convocatorias para diferentes puestos en los países en los cuales España tiene proyectos de cooperación. En la página de AECI (www.aeci.es) podéis encontrar información sobre estas convocatorias y sobre becas (también muy interesantes).
Os dejo aquí una convocatoria para irse a Cuba a disfrutar... digo a trabajar...
Convocatoria de plaza de personal de la cooperación en el exterior Coordinador General de la Cooperación Española en Cuba
Resolución de 3 de septiembre de 2007
(BOE nº 220 de 13 de septiembre de 2007)Fecha límite: 28 de septiembre de 2007.
Unidad gestora: AECI – Vicesecretaría GeneralPersonal en el ExteriorAvda. Reyes Católicos, nº 428040 - Madrid (España)Teléfonos: (+34) 91 583 82 00 / 8199 Fax: (+34) 91 583 82 04
Correo electrónico: servicio.exterior@aeci.es
Genial actor Paco León en una buena serie como "Aída", os dejo un recopilatorio de algunos de sus mejores "gags":
Por cierto, la foto que incluye esta entrada es la que se me quedó tras las tres horas de pruebas, tests, y entrevistas. ¿No me notan algo raro? ¿Será las gafas que no me sientan muy bien no?
Me he decidido a publicar algunas entradas que espero que los y las más asidu@s encontréis lo suficiente interesante.
El cáncer de próstata es el tercero en incidencia entre los hombres, justo después del cáncer de pulmón y del cáncer de colon. En otro momento trataremos los anteriores. Con respecto al cáncer de próstata cada vez más especialistas en salud pública se plantean la necesidad de incluir programas de screening (cribado) poblacional, sin embargo, hasta el momento ningún estudio ha demostrado que alguna prueba aporte evidencias que permitan afirmar la utilidad de las mismas en un cribado indiscriminado.
En otras palabras, ni el tacto rectal ni tampoco la prueba de la PSA (antígeno prostático específico) son pruebas que deban realizarse de manera normal y como norma, pues no se han demostrado eficaces en la prevención secundaria de la enfermedad. Teniendo en cuenta que el cáncer de próstata no tiene factores causales determinantes (como sí tiene por ejemplo el cáncer de pulmón con el tabaco), sólo se recomienda el tacto recta y la medición de PSA en personas mayores de 50 años con historial familiar de cáncer de próstata.
El problema de estas pruebas, y el motivo por el que probablemente no se haya extendido su uso, es porque no son suficientemente específicas ni sensibles. La próstata puede inflamarse en diferentes situaciones, sin ser necesariamente un cáncer, y estas pruebas podrían dar falsos positivos. Antes de realizarse una prueba de este tipo se recomienda avisar de los posibles falsos positivos y falsos negativos, y la ansiedad que puede generar cualquiera de estas situaciones.
Para ampliar información:
Screening del cáncer de próstata, ¿merece la pena?
“Jamas aceptaría entrar en un club que me aceptara como miembro”. (Groucho Marx)
Me recordaba hace pocos días una compañera esta frase del genial Groucho. Pues qué razón tiene. Si yo fuere ustedes evitaría el Hospital de Alcalá de Henares los próximos seis meses.
No soy mucho de hacer recomendaciones y menos en el terreno musical, pero sí me atreveré a haceros una. Se trata de Ivy, y en especial, si alguien no la conoce, una recomendación es "Worry about you". Dicho queda.
Esta canción ha aparecido en varias series de televisión y películas, como Anatomía de Grey o los 4400 entre otras.
"En verdad os digo que podríamos hacerlo peor, pero seguro que no más dificil" (San Pablo en su carta a los Corintios).
Es costumbre humana el ser enemigo de la sencillez, la lógica y la coherencia. Sólo así puede uno explicar ciertas conductas. ¿Por qué nos cuesta tanto llamarle a las cosas por su nombre? Sólo puedo afirmar que abunda en el género humano una conducta que sólo puede explicarse en los intereses propios, en el egoísmo y la ignorancia. Porque cuando ignoramos nos sentimos indefensos y pasamos al ataque dejando al descubierto toda nuestra ignorancia. Últimamente florece la ignorancia en esta bella tierra del señor.
1 de febrero de 2007: movilización ciudadana contra el cambio climático en Francia.
La Alianza por el Planeta (grupo de asociaciones medioambientales) lanza una llamada simple a todos los ciudadanos, 5 minutos de tregua para el planeta: todo el mundo apaga sus velas y luces el 1 de febrero entre las 19:55 y las 20:00h.
Se trata de llamar la atención de los ciudadanos, de los medios de comunicación y de los que deciden sobre el desperdicio de energía y la urgencia de pasar a la acción.
¿Por qué el 1 de febrero? Ese día saldrá en París, el nuevo informe del grupo de expertos climáticos (GIEC) de las Naciones Unidas.
Eso me pareció entender el otro día al leer el diario "El Mundo". Leía una noticia sobre unas declaraciones de la teniente de Alcalde de Barcelona, Inma Mayol, sobre la okupación de casas en la ciudad condal. Lo que más gracia me hizo no fue en sí la propuesta de despenalización de la okupación, sino el lenguaje y el tono despreciativo de la noticia, a la que incluso dedicaron una parte de la editorial.
Me resultó increíble más aún el machismo encubierto utilizado en la redacción de la editorial y de las noticias de interior, y me puse a buscar en internet inmediatamente por si era cosa mía. No, no es cosa mía. Inma Mayol es la pareja de Joan Saura, dirigente de ICV-EUiA. La noticia recordaba este hecho, incluso en alguna frase dedicada únicamente al fin de informar sobre este hecho, lo cual tiene su gracia pues a mí personalmente no me aporta ninguna información, como tampoco lo hace el hecho contrario, si la noticia fuera por Joan Saura.
No encuentro la noticia de "El Mundo" on line, pero sí les invito a visitar la redacción que de esta noticia ha hecho el diario ABC, en un tono... bueno veánlo:
La teniente de alcalde de Barcelona, partidaria de despenalizar la «okupación»
Y es que ya sabemos lo que ocurre con las cuestiones sentimentales... ¿o no?
A eso es a lo que parece que se dedica este simpático reptil que vive la mayor parte del año bajo tierra. Sólo necesita alimentarse 4 veces durante el trancurso del año, y nadie diría que lo pasase mal. Es una iguana mansa, de cuya saliva se ha obtenido el exenatide (Exendin) para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo II. Parece que este compuesto, entre otras muchas cosas es una sustancia saciante. ¡Sólo así se explica la capacidad de aguante del "bicho"!
Fuente: OMS
Me permito sugerirles que lean en esta fuente las consecuencias que tuvieron alguno de los casos. Los medicamentos no son ningún juego.
Un día tiene un principio y un final. Las personas de la misma manera solemos empezar proyectos para verlos terminados en algún momento. A diferencia del día, en nuestro caso no sabemos cuándo llegará el momento del final, ni tampoco, y más importante, si factores ajenos a nuestra voluntad nos permitirán llevarlos a término.
Hay muchas cosas a mi alrededor que se están terminando estos últimos días. En algunos casos, como parte normal de un camino deseado, y en otros casos provocados por unas circunstancias que se escapan a mi control.
El camino para llegar a una meta a veces resulta tan tortuoso que hay que cambiar el trazo sin variar el objetivo final. Esperemos que sea eso…
En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...